"Una esposa peligrosa"
- Crímenes Misteriosos
- 26 sept 2020
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Soy Betty Lou Beets nací en Carolina del Norte, donde sufrí una crianza muy dura, perdí la audición a los tres de edad como resultado del sarampión, y a los cinco años fui violada no solo por mi padre sino por varias personas cercanas a mi familia. Fui una esposa peligrosa y ésta es mi historia.

Tenía 12 años cuando mi madre fue internada en una institución, dejándome a cargo de mis hermanos menores. A la edad de 15 años me casé con Robert Franklin Branson. Después de su primer año de matrimonio, la relación se volvió abusiva y nos separamos; sin embargo, volvimos a estar juntos luego de un intento de suicidio por mi parte. Robert me dejó, poniendo fin a nuestra relación para siempre en 1969.
En 1970, me casé con Billy York Lane. Una vez más, me encontré en una relación abusiva y durante una discusión, Billy rompió mi nariz de un golpe; pero no me quedé sumisa, claro que no, tomé represalias y le disparé. Fuí acusada de intento de asesinato; sin embargo, estos cargos fueron retirados cuando Billy admitió que primero me había amenazado de vida. Finalmente nos divorciamos en 1972.
Al año siguiente, comencé a salir con Ronnie Threlkold, con quien me casé en 1978. Este matrimonio terminó un año después, después de que intentara atropellarlo con su propio auto.
No pasó mucho tiempo antes de que me casara de nuevo. En 1979, me casé con mi cuarto marido, Doyle Wayne Baker. Mi matrimonio con Baker fue nuevamente de corta duración y en 1982 me había mudado con mi quinto esposo, Jimmy Don Beets.
En agosto de 1983, le dije mi hijo de un matrimonio anterior que saliera de la casa porque tenía la intención de matar a Jimmy. Cuando mi hijo regresó a casa, encontró a Jimmy muerto a tiros y me ayudó a enterrar el cuerpo en el patio de nuestra casa en Texas. Luego informé que mi esposo había desaparecido. No fue hasta 1985 que la evidencia llevó a la policía de regreso a mi. Durante el registro de mi propiedad, la policía localizó los restos de Jimmy Don Beets y los restos de mi cuarto marido, Doyle Wayne Baker. Ambos hombres habían recibido un disparo en la cabeza con la misma pistola calibre .38, mi pistola.
Dos de mis hijos testificaron en mi contra, pero también admitieron que estuvieron involucrados en ocultar los asesinatos. Obviamente yo no iba a asumir mi culpabilidad, por supuesto me declaré inocente y afirmé que mis hijos eran culpables de los asesinatos. A pesar de mi argumento, fui declarada culpable del asesinato de Beets y sentenciada a muerte. Como ya había recibido la pena de muerte , nunca fuí juzgada por el asesinato de Baker.
En febrero de 2000, a la edad de 62 años, fuí ejecutada mediante inyección letal en la Unidad Huntsville de Texas.
Nadie es lo que parece, a veces quien parece ser solo una esposa amorosa, oculta a una asesina a sangre fría.
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